El BCE inyecta un récord de 1,3 billones de euros en liquidez a la banca europea
La autoridad monetaria bate todos sus registros en su esperada operación para estimular la concesión de crédito a la economía real.
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Avalancha ante la ventanilla del Banco Central Europeo (BCE). El sector bancario europeo ha solicitado 1,3 billones de euros en nueva liquidez a la autoridad monetaria en el marco de la subasta celebrada dentro del programa de préstamos condicionados a la concesión de crédito (TLTRO III). Según los datos publicados por la institución que preside Christine Lagarde, son 742 las entidades que, en mayor o menor cuantía, han solicitado nuevos recursos.
De este volumen, algo más de 175.000 millones de euros corresponden a entidades españolas. El grueso de la nueva liquidez, aseguran los expertos, va a parar a los bancos franceses y alemanes.
La abrumadora cifra registrada en esta subasta queda en el rango alto de la horquilla manejada por el consenso de analistas, que contemplaba que el volumen de peticiones se situase entre el billón de euros y los 1,5 billones. Teniendo en cuenta las refinanciaciones de recursos captados a través de anteriores operaciones con el BCE (que ofrecían peores condiciones) la inyección se salda con un aumento neto de la liquidez en el sistema financiero de casi 550.000 millones de euros.
En las anteriores subastas del programa TLTRO III -se realizan cada tres meses desde septiembre de 2019, aunque con peores condiciones- la mayor demanda se registró en marzo, por valor de 115.000 millones de euros, es decir, menos de una décima parte de lo que se ha inyectado hoy. Pero es que la cifra es incluso abrumadora teniendo en cuenta los registros de cualquier otra macroperación realizada por el BCE en sus 20 años de historia.
El anterior récord, que data de marzo de 2012, en plena crisis de deuda, se quedó en 529.000 millones de euros, algo más de una tercera parte de lo colocado hoy.
"Consideramos que el volumen supera las expectativas del mercado. La TLTRO III ofrece unas condiciones muy atractivas a los bancos para que mantengan el flujo de rédito y es crucial para apoyar los préstamos a la economía real", explica Isabel Schnabel, miembro del Comité Ejecutivo del BCE y responsable de operaciones de mercado del organismo.
Condiciones irresistibles
La clave del apetito de la banca por la liquidez del BCE está en las condiciones tan extraordinarias que ha fijado el banco central. Para incentivar el flujo del crédito en plena crisis del coronavirus, el BCE ha mejorado sustancialmente las condiciones de sus subastas de liquidez hasta el punto de que los bancos pueden ganar un 1% (el tipo de interés máximo de estas operaciones es el -1%) sólo por el hecho de solicitar dinero en la ventanilla de Fráncfort. El margen final para la banca puede ser mucho mayor, pues esta ganancia se produce de forma independiente al tipo de interés que luego fije la entidad a las familias o empresas para la concesión del préstamo.
Como condición para lograr ese 1%, las entidades que pidan prestado al BCE sólo tienen que mantener su masa crediticia, es decir, el volumen total de créditos concedidos a la economía real, en los niveles de marzo. Se trata, según los expertos, de un requisito muy asumible teniendo en cuenta que la demanda de financiación bancaria se ha disparado como consecuencia del parón de la actividad económica por la pandemia y que parte del riesgo está cubierto por los diferentes sistemas de avales públicos que han puesto en marcha los Estados.
Pero incluso si no logran cumplir los objetivos el dinero del BCE ofrece una significativa recompensa. Estas entidades podrán acceder a un interés del 0,5% sólo por el hecho de pedir prestado (sin ponderar el crédito dado), lo que supone contrarrestar la penalización que la autoridad monetaria impone a los bancos que dejan su exceso de liquidez aparcado en Fráncfort. Los préstamos concedidos por el BCE en el marco de esta operación tienen vencimiento a tres años.
Las TLTRO III se lanzaron en septiembre de 2019 para estimular el crédito y, desde entonces, se han celebrado de forma trimestral. Sin embargo, ha sido en la crisis del coronavirus cuando la autoridad monetaria ha mejorado sus condiciones hasta hacerlas irresistibles.